Olas de calor y su efecto en los cultivos, un escenario cada vez más complejo
La actual ola de calor que atraviesa el país, que afecta zonas desde la región de Valparaíso a la región de Los Ríos, es mucho más que un simple evento meteorológico. Patricio González Colville, agroclimatólogo, dice que no son casualidades y se seguirán profundizando en el tiempo.
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42°C en Ñuble, 38°C en Temuco, 36°C en Santiago…..Durante esta semana, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) emitió una alerta frente a la ola de calor que se está viviendo en varias regiones de la zona centro-sur del país. El Sistema de Alerta Meteorológica de la DMC, advirtió sobre un evento de altas temperaturas extremas, que está afectando estos días desde la región de Valparaíso a la región de Los Ríos.
Respecto a esta situación, el agroclimatólogo y académico del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA), de la Universidad de Talca, Patricio González Colville, advierte que no son casualidades y se seguirán profundizando a futuro, ya que responden a efectos del cambio climático global.
“Una ola de calor es cuando durante tres días o más, la temperatura supera los 33°C. Hemos tenido olas de calor que duran 11 días, con peaks de temperatura que llegan a los 39°C, 40°C e incluso más. Esto ya no es una casualidad, es una tendencia del cambio climático que lamentablemente se irá incrementando en el tiempo porque ya pasamos el punto de no retorno, que es cuando puedes tomar medidas para frenar el cambio climático”, señala el académico de la Universidad de Talca.
A MAYOR TEMPERATURA, MAYOR EVAPOTRANSPIRACIÓN DE LOS CULTIVOS
Sobre los efectos de las olas de calor en los cultivos, González explica que “mientras más altas sean las temperaturas, más alta es la evapotranspiración de los cultivos. Sacan agua del suelo a través de las raíces, la pasan por el tallo, las hojas, los estomas y la evapotranspiran al ambiente para bajar su temperatura. Entonces, a mayor temperatura, más rápido es este proceso y el agricultor necesita más agua para mantener el cultivo turgente”.
Junto a la baja disponibilidad de agua, las olas de calor pueden llegar a ser fatales en los cultivos y marcar la temporada. “Si se deja de regar, el cultivo va a entrar en senescencia y va a morir por un proceso llamado golpe de sol. Esto quiere decir que, al no poder transpirar y enfriarse, el cultivo se va a calentar a tal nivel que se va a morir por estrés térmico o estrés hídrico”, aclara el académico.
Dentro de las medidas que se pueden realizar frente a esto, hay agricultores que cambian la orientación de sus huertos para que no reciban el sol directamente de frente. “Los cambian hacia el suroeste o el sureste para que las hojas protejan a los frutos, que necesitan estar al sol, para que no reciban la ola de calor y tengan menos pérdidas”, explica el experto.
Cultivos como la manzana son especialmente sensibles al golpe de sol, que deja manchas en el fruto que no permiten su comercialización. “Les llega tal cantidad de sol durante la tarde que se queman, quedando con una gran mancha negra que cubre casi un tercio del fruto. Cuando esto pasa, esa fruta se bota porque no sirve. Este fenómeno ha ido aumentando, con pérdidas entre un 20% y 30% en los huertos, sobre todo en las regiones de O’Higgins, Maule y Ñuble”, señala González.
ADAPTAR LOS CULTIVOS PARA QUE SOPORTEN LA NUEVA REALIDAD CLIMÁTICA
Adelantar la cosecha antes de que lleguen las temperaturas más extremas puede ser una forma de anticiparse al golpe de sol, sin embargo, es importante considerar los ciclos de cada cultivo. “En enero se están haciendo algunas prácticas de cosecha en huertos de manzano, pero la manzana tiene un ciclo que se debe cumplir para expresar sus características”, dice el académico.
En la Universidad de Talca se están haciendo ensayos biotecnológicos en semillas de cereales para ser más resistentes a la sequía y al calor excesivo. “Están haciendo ensayos para hacer manzanas genéticamente más resistentes al sol y que puedan producir con menos agua. Eso también es un nivel de adaptación al nuevo clima que vamos a tener”, dice González.
Para el agroclimatólogo, Chile está pasando de un clima mediterráneo a uno semiárido cálido, por lo que se debe trabajar en la adaptación de los cultivos. “Hacia el 2025-2030 vamos a tener un clima semiárido cálido, con un verano de cinco meses con olas de calor, sin lluvia. Después una transición de otoño muy térmico y un invierno de tres meses y medio, para volver nuevamente a una estación de transición moderada, con una primavera de dos meses antes de volver al calor. Ese va a ser el régimen entonces hay que pensar en cómo adaptar cultivos que son mediterráneos a esta nueva realidad”, subraya.
DECISIONES POLÍTICAS FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
Para esta adaptación, se necesita ‘una mano del Estado’ para ayudar a que los agricultores tengan acceso a alternativas como el uso de agua de mar desalada, la tecnificación del riego, recicladoras de agua, entre otras. “También se deben hacer más estudios sobre aguas subterráneas, pero todo eso necesita una política de Estado y el chileno no tiene los recursos para enfrentarse a estas perturbaciones”, sostiene el agroclimatólogo.
En cuanto a las medidas que el país puede tomar frente a estos eventos meteorológicos, el experto agrega que “es poco lo que podemos hacer, porque estamos insertos en olas de calor que son bastante aleatorias. Es una decisión política la que se tiene que hacer y que no se tomó en su momento ni se le dio la urgencia que requiere”.
Durante la COP27 o Conferencia de Egipto, celebrada en noviembre pasado, los países reunidos acordaron un mecanismo de financiación para ayudar a las naciones que más están sufriendo las consecuencias del calentamiento global y que menos han contribuido a él. A pesar de la buena noticia que esto significa, las negociaciones para definir el fondo podrían tardar años.
CREACIÓN DE UN MINISTERIO PARA CAMBIO CLIMÁTICO
Una propuesta del experto frente a la situación en Chile, es la creación de un Ministerio de Cambio Climático, que tenga un enfoque global sobre el tema. “Acá hay muchos ministerios que tienen reparticiones relacionadas con el agua, con el medio ambiente. Entonces, ¿por qué no crear un Ministerio de Cambio Climático? Que una todas las competencias que están repartidas en otros ministerios y enfrentar este tema con una sola voz, un solo ministro y una sola estrategia”, postula.
Recientemente, el Gobierno Regional Metropolitano presentó el ‘Protocolo Calor Extremo y Altas Temperaturas’, también llamado ‘Código Rojo’. Esta serie de medidas pretende visibilizar el riesgo de la situación meteorológica actual para la salud de las personas.
“Los Códigos Rojos que nos dicen que no salgamos en las horas de más calor o que tomemos más agua, no son la manera de enfrentar el cambio climático. Ahí estamos viendo el nivel de educación climatológica que se tiene frente a este tema, creo también que no se sabe cómo afrontarlo porque se nos vino encima muy rápidamente”, cierra González.