Colombia: Híbridos de tomate de árbol se adaptarían mejor a zonas frías
Dada la escasa oferta de cultivares mejorados de tomate de árbol para su siembra, Ana Elizabeth Portilla, Magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UN), Sede Palmira, se dio a la tarea de obtener información sobre el potencial productivo y adaptabilidad fenotípica de híbridos F1.
Es así como, y en base a información de la Agencia de Noticias UN, la respuesta agronómica y productiva de 81 genotipos de tomate de árbol –provenientes de la colección de la Universidad de Nariño- fue evaluada en cuatro ambientes de la zona alto-andina de Nariño, departamento colombiano ubicado al suroeste del país, donde se determinaron sus parámetros de adaptabilidad fenotípica.
En los cruzamientos evaluados se analizaron características como mayor número de frutos por planta, peso promedio de frutos, sólidos solubles totales y acidez titulable. Los resultados permitieron identificar 10 híbridos y dos testigos (pruebas) adaptables y predecibles en las cuatro localidades evaluadas.
Según lo informado, en Ipiales se encontraron tres híbridos con el mayor número de frutos por planta, con un promedio de 126,17 y 159,3; y otros tres híbridos con mayor peso de frutos, con un promedio superior a 139,5 gramos. Finalmente, la mejor producción osciló entre 3,64 y 4,48 kilogramos de planta por mes.
Por su parte, en los municipios de Pasto, Matituy, la Pradera y Tangua (localizados entre 1.980 y 2.730 m.s.n.m.) la investigadora encontró híbridos con comportamientos óptimos de acuerdo a la zona de cultivo.
Dato
Según cifras del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, el cultivo de tomate de árbol alcanza las 7.504 hectáreas, distribuidas en 18 departamentos del país.
La producción anual es de 122.519 toneladas, con un rendimiento por hectárea de 16,3 toneladas, siendo Antioquia, Cundinamarca, Huila, Boyacá Nariño, Boyacá y Valle del Cauca los principales productores.
Nota de CAMI-Importaciones (Ing. Wolfgang Niegel)
El tomate de árbol es un arbusto de 3 a 4 m de altura, con corteza grisácea y follaje perenne, originario de los Andes, en el Perú y Colombia, Ecuador, Bolivia y Argentina.
Crece en climas de bosque húmedo montano con temperaturas entre los 13 y 24 °C, con lluviosidad de 600 a 1500 mm anuales; entre los 800 y 2800 msnm. Es muy sensible a las heladas, a los vientos y a las sequías.
Requiere suelos francos arenosos, con buen drenaje, ricos en materia orgánica y responde bien al abono.
Según los resultados de la Universidad Nacional de Colombia (UN), este cultivo podría adaptarse muy bien en nuestro medio.
El tomate de árbol es una fuente de Vitamina A, B6, C y E, rico en el hierro y el potasio. También bajo en calorías y alto en la fibra.
Se consume como fruta fresca, es materia prima en la industria para la preparación de jugos, compotas, conservas dulces, jaleas, gelatina, mermelada y concentrados congelados. Es considerado en fruto terapia como una de las frutas que fortalecen el cerebro, y contribuye a curar migrañas y cefaleas severas. Estudios hasta ahora realizados indican que tiene sustancias como el ácido gamma amino butírico que baja la tensión arterial.
Los usos medicinales que se le dan en Colombia y Ecuador están relacionados con las afecciones de garganta y gripe. El fruto o las hojas, previamente calentadas, se aplican en forma tópica contra la inflamación de amígdalas o anginas especialmente. Para la gripe, se debe consumir el fruto fresco en ayunas. Se sabe que el fruto posee alto contenido de ácido ascórbico. Otra propiedad atribuida es como remedio de problemas hepáticos en Jamaica y Bolivia. En Venezuela se utiliza este fruto para elevar la hemoglobina, en el tratamiento de la anemia. En Ecuador y otros países se utiliza al fruto para realizar jugos de fruta,4 se puede utilizar cocinado o no.
Suele realizarse salsa de ají de igual manera con este fruto.
Crece en climas de bosque húmedo montano con temperaturas entre los 13 y 24 °C, con lluviosidad de 600 a 1500 mm anuales; entre los 800 y 2800 msnm. Es muy sensible a las heladas, a los vientos y a las sequías.
Requiere suelos francos arenosos, con buen drenaje, ricos en materia orgánica y responde bien al abono.